Este es el título de la charla que el pasado viernes 11 de julio, tuve el honor y el placer de realizar al colectivo de PIMED’Advocats – Pequeños y Medianos Despachos de Abogados de Cataluña. Ésta fue una ponencia dirigida principalmente a dar a conocer la «Pericia Informática» entre los abogados miembros de esta asociación y otros asistentes.
Este evento tuvo una duración de un par de horas en la que se pudo establecer el contexto de la pericia tecnológica en el panorama legal actual como elemento básico para poder plantear pruebas en los procesos de todos los órdenes jurisdiccionales.
Este tipo de actuaciones y posibilidades se ejemplificó con la explicación y la muestra de una docena de esquemas delictivos en los cuales la participación del perito puede ser
básica para la determinación de evidencias que sustenten los argumentos y que estas acaben constituyéndose en pruebas indubitables.
El tono de la charla fue muy directo y cercano lo que facilito crear un clima muy participativo y el claro interés demostrado por estos temas permitió plantear preguntas y proporcionar respuestas tan interesantes como, por ejemplo, cómo saber si un teléfono móvil está intervenido, cómo hacer desaparecer definitivamente los datos en un disco duro, qué información existe en un disco duro de un ordenador o de un teléfono, qué son los metadatos, cómo se puede rastrear un mensaje en la red, qué esconden los correos electrónicos en su interior, etc.
Todas estas cuestiones básicas, y algunas más, son las que actualmente se le presentan a los abogados cuando tienen que plantear un caso puesto que la tecnología y la informática se encuentran presentes, hoy en día, en la mayoría de las situaciones o conflictos en las relaciones humanas tanto de orden penal, civil, mercantil o social.
Para los profesionales del derecho es imprescindible contar con un buen asesoramiento de peritos expertos que les permitan plantear la estrategia legal adecuada en función de las posibilidades que les ofrece la tecnología y que, además, éste perito sea capaz de entender las implicaciones jurídicas o el contexto legal en el cual se está desenvolviendo la cuestión, aportando valor añadido a los abogados, de ahí el especial hincapié en que los letrados acudan a peritos judiciales profesionales preferentemente ante otros profesionales que esporádicamente ejercitan la labor de peritos, puesto que la experiencia del perito judicial profesional en los casos planteados puede y debe ser un aporte que enriquezca la relación del binomio abogado-perito y redunde en los resultados finales.