El pasado mes de Noviembre tuve la oportunidad y el honor de realizar la charla “Aprende de los diluvios ajenos” que tuvo lugar en Madrid en el Congreso Nacional “Visión13” del itSMF.

Esta charla básicamente trató sobre el Peritaje de Gestión y Management y los conflictos contractuales que se presentan desde el punto de vista de los clientes y sus proveedores de IT en todas sus especialidades  y servicios.

En la charla se expusieron las situaciones conflictivas que surgen, cuáles son las problemáticas o situaciones difíciles que, con mayor frecuencia, suelen presentarse, en qué

fase suelen originarse, qué causas son las que las motivan y cuál es el posible nivel de impacto que pudieran suponer éstas de cara a un litigio ante un Tribunal.

Es evidente que en este tipo de relaciones, al final, existe siempre un porcentaje de contratos, aunque mínimos, que finalizan de forma irreconciliable y sin vías de solución o de continuidad posible.

Estas situaciones se identifican por tres características comunes en estos conflictos:

– Ninguna de las dos partes desea terminar ante un Tribunal pero, llegado el caso, cada una de las partes se encuentra allí defendiendo su postura la cual legitima en su reclamación y normalmente sustentada en argumentos propios inequívocos, no faltos de razón, motivos y de peso.

– Examinado la situación de forma totalmente objetiva, salvo raras excepciones, ninguna de las partes posee la total certeza de haber ejecutado su desempeño de forma totalmente correcta y adecuada, por lo que no suele existir una parte predominante o que netamente sea la poseedora de la verdad y la razón absoluta.

– La gestión subconsciente que se hace de las expectativas es muy importante, la parte demandante tiene la certeza de que va a ganar el pleito y la parte demandada también o, al menos, que va a perder menos que si hubiese llegado a aceptar las condiciones que les hubiesen propuesto en el periodo de negociación previo a la demanda.

El Peritaje de Gestión y Management permite, a cualquiera de las dos partes, el poder incorporar medios de prueba al juicio de modo que estos sean contrastables y de una forma objetiva y neutra presentar los elementos favorables que demuestren o refuercen los argumentos.

Ante un litigio de este tipo es evidente que la necesidad de un Peritaje de Gestión y Management se hace, cuando menos, recomendable por no decir que imprescindible, el problema se plantea en cuándo decidir o determinar que se necesita el apoyo de este tipo de profesionales.

La respuesta no deja de ser obvia y sería, lo antes posible, es decir, en el momento cuando se comienza a reconocer que la situación problemática adquiere envergadura o importancia, porque no se ha de pensar que el Informe Pericial sólo va a ser útil para el hipotético caso de llegar a un juicio, sino que también lo es para la fase de negociación previa porque habrá obligado a considerar, de forma objetiva y neutra, cuales son los puntos fuertes y débiles de cada parte y aquella parte que haya tomado la iniciativa de reforzarse y encargado un peritaje tendrá una visión realista de la situación proporcionada por el perito como un tercero ajeno al conflicto de intereses planteado.

Asimismo, durante la fase conflictiva o cuando comienzan a diferenciarse las posturas y a enrarecerse la relación, y antes siquiera de reconocer la necesidad de realizar un Informe Pericial, el perito de forma preventiva puede llevar a cabo su análisis de la situación y de la documentación, detectando cuáles son los puntos débiles, recomendando acciones sobre qué aquello que es necesario reforzar con documentaciones y evidencias, permitiendo obtener las mismas mientras todavía hay posibilidades y antes de que las relaciones se acaben fracturando o rompiendo las relaciones e inevitablemente sea tarde para ello.

Se ha de considerar que en este tipo de conflicto el coste del soporte de un perito experto en Gestión y Management es totalmente irrisorio y casi ridículo frente a las cantidades reclamables que se puedan presentar en el juicio y ante la posibilidad de la pérdida del mismo o de parte de las cantidades reivindicadas por no haber tenido preparado los medios de prueba adecuados y con la calidad o el volumen necesario.